miércoles, 22 de junio de 2016

UNA TARDE EN EL PARQUE

Se acerca el verano, y digo se acerca porque aquí en Galicia el tema se complica un poco y siempre vamos con un poquito de retraso con respecto a otras zonas😕. El caso es que ya empieza a sentirse el calorcito, ya huele a cremas de sol, ya se ven vestidos de tirantes, chanclas y los más importante...gente en la playa! Aunque 😞 bueno, aquí eso no es un indicativo, ya que la gente tiene tantas ganas de sol y playa que ya puede hacer un frío de narices que como haya un rayo de sol, extienden las toallas y venga a sudar en la playa😁😁😁😁.
Yo a tanto no llego pero ahora que sí parece que ya llegó, he de decir que en dos días de sol, he puesto a los niños casi todos los modelitos que tenían para el verano. Tenía tantas ganas de verles con las pie rencillas al aire!😁😁😁.

Pues bien, al hacer tanto calor, estuve pensando donde podía llevarles por la tarde, ya que al levantarse tan pronto de la siesta (se acostaron a las 2 y a las 4 ya estaban a tope) no podía bajarles al parque ni a la playa. Me parece que son horas de mucho calor para estar con ellos por ahí.
Donde yo vivo al tener la playa al lado no se estila lo de las piscinas municipales, así que improviso yo una.
Agarré la mochila con las toallas, las meriendas, las cremas del sol y los pañales... sobre todo pañales y una piscina hinchable que teníamos de cuando el niño era bebé y nos fuimos a un parque que tenemos cerca con árboles, mesitas para merendar, etc y ahí abrimos el campamento.
Les llené la piscina y sobretodo el niño (al que le encanta el agua) fue como loco. Se metieron dentro, chapotearon, tiraron juguetes, sacaron y metieron agua. Fue la mejor idea que pude tener.
Después merendaron, la niña se quedó sentada en la toalla jugando con los juguetes y el niño no paró de correr. Jugamos a pillar, al escondite...
Ya cerca de las 7 de la tarde recogimos y nos fuimos a nuestro parque de siempre a jusar con sus amigos y como no, a montar en los columpios (su vicio obra particular).

Me encanta verles tan contentos, sobretodo a él que ya demuestra más sus sentimientos. No paraba de danos abrazos y besos a mi y a su hermana. Saltaba y gritaba de la alegría. Ains... daban unas ganas de comérselo!
 Y así pasamos la tarde, después de la cena cayó rendido y hasta ahora que son las 9:20 de la mañana y sigue dormido.
Hoy a ver que inventamos...

domingo, 19 de junio de 2016

17/06/2016. RECORDANDO EL PARTO DE MI PEQUEÑA.

Un día como hoy, hace un año, estaba impaciente por ver la carita de mi pequeña sin saber que esa misma noche se desencadenará todo.

Miércoles por la mañana, empezamos el día como otro cualquiera.  MÍ madre ya está en casa con nosotros y eso me facilita mucho las cosas. Con un niño pequeño de casi 15 meses y 18 kilos de más en mi cuerpo, toda ayuda es bienvenida, sobretodo si viene de tu madre que te conoce y sabe respetar tus manías y tu mal humor cuando estás cansada... porque de eso habrá mucho esa noche.
Como decía, todo transcurre como otro día cualquiera.  Mi madre da el desayuno al niño, juega un rato,lo viste y se va con él de paseo. Esos paseos a orillas de la playa con el solecito que ya empezaba a calentar y esa tranquilidad, relajaba tanto al niño que acababa dormido en el carro.
Mientras, yo en casa preparaba la comida, recogía un poco y me duchaba, nunca acababa antes de las 12:30, y en cuanto estaba lista marchaba a buscarles. Me encanta recordar a mi madre sentada en el banco del parque con el niño durmiendo en el carro. Esa imagen me acompaña siempre que paso por ese banco. A veces lo recuerdo con alegría, pero otras como hoy, con bastante añoranza y melancolía y con mucha pena de no tener a mi madre cerca y poder disfrutar juntas de tantas cosas que experimentan los niños.
Dimos otro paseo hasta la hora de comer. Todo seguía parado.
Por la tarde no recuerdo muy bien que hicimos, sé que casi a última hora, cojo el coche y nos vamos a un paseo muy grande que  bordea toda la ría  y que tiene parques para los niños. A partir de ahí, mi recuerdo es no parar de coger al niño en brazos para subirle al tobogán.  Me dolía la barriga, no dolor de parto, sino de malestar por cansancio. Cuando conseguimos sacar al niño del parque intentamos dar un paseo, pero al rato tuvimos que dar vuelta porque me encontraba muy cansada.
A partir de ahí todo me molestaba, no sé porqué pero estaba enfadada y de malhumor.  En la cena me empecé a encontrar mal y en ese momento intuí que me iba a poner de parto. Nadie me hizo caso! Lo cierto es que no tenía contracciones pero era un malestar muy extraño.
Mi marido se fue a la cama y nos quedamos mi madre y yo viendo El Príncipe,  que era lo que echaban por la tele. Yo no sabía comó ponerme en el sofá, no paraba de moverme y de estar malhumorada.  Al poco se fue mi madre y cuando acabó la serie me fui yo.
Cuando me tumbé en la cama noté una calma tensa difícil de explicar. Me quedé dormida. Al intentar darme una vuelta con ese barrigón, me desperté y de pronto noté un líquido caliente. Me levanté rápidamente porque pensé que podía haberme hecho pipí (a esas alturas de embarazo la incontinencia ya era parte de mi dia a dia😓)pero al llegar al baño aquello volvió a salir a chorros y me quedó claro que era la bolsa.
Me fijé en el líquido y vi que era claro así que me tranquilice.  Por una parte me alegré de que el parto se desencadenara de forma diferente al otro, pero por otra me asustaba el hecho de que no dilatase y me tuvieran que poner oxitocina.
Para no despertar a mi madre al abrir la ducha (eran la dos menos cuarto) me lavé por partes, avisé a mi marido y antes de salir de casa a mi madre. Se que cuando rompes aguas sÍ el líquido es claro no hay que tener prisa por ir al hospital, pero en mi caso al dar positivo en la prueba del estreptococo me tenían que poner 2 dosis de antibiótico en 4 horas y...sabiendo como son mis partos, dudaba que les diera tiempo a ponermelas.
Eran las 2:15 de la madrugada cuando llegamos al hospital. Tardaron mucho en atenderme y poco a poco las contrataciones empezaron a llegar. Cuando me miraron estaba tan sólo de 3 cm, pero yo avisé que había dado positivo en estreptococo y que me pusieran el antibiótico.
" uy mujer no te preocupes que esto va par largo"😒, para largo? pensaba yo, no lo tenía muy claro.
A los 45 minutos más o menos me llevaron a la sala de dilatación.
Me asusté cuando vi que no paraba de echar líquido (yo pensé que se rompía la bolsa y salía todo)pero no! eso va de a poquitos.
Todo transcurría con normalidad, las contrataciones empezaban a ser tremendamente dolorosas y al poco vinieron a ponerme la epidural.
En este punto quiero detenerme un poco para explicar lo bien que me la pusieron esta vez. Con el niño fue ponermela y dejar de tener dolor, no sentía cuando me venían las contrataciones y a la hora de empujar me complicó un poco el asunto. Esta vez las contrataciones me seguían doliendo aunque de forma soportable y  pude identificar perfectamente cuando tenía contracciones.
Al poco rato de ponerme la, ya en la sala de dilatación de nuevo, empecé a sentir muy fuertes las contrataciones y estuve tentada de avisar a la anestesista para que me subiera la dosis. Lo dejé pasar.
Lo que sí no pude dejar pasar, fueron las ganas de hacer pis cada vez que me venía una contracción y en cuanto vino la matrona a revisarme se lo comenté.  Me daba mucha vergüenza hacerme pipí en la cama, así que le pedí si podía quitarme las correas para ir al baño.
Me dijo que si, pero que primero iba a mirar como estaba de dilatada.
- Mira,- me dijo- no son ganas de hacer pis es la cabeza, está casi fuera!!!.
Fueron a preparar el paritorio y mientras me pusieron un chute de glucosa porque la niña no ayudaba mucho, se quedaba dormida. ¡En pleno parto! Y ahora no hay quien la duerma!
A las 5:50 de la madrugada nació mi niña.
Ya en la sala de parto, mi marido entró al mismo tiempo que yo, empuje un par de veces y la cabeza ya estaba casi fuera. He de aclarar que al notar las contrataciones sabía perfectamente donde y cuando tenía que empujar. Lo sentí todo. Como un gran desgarro y quemazón hasta que salió la cabeza, en un par de pujos más, la niña ya estaba fuera.
Esa sensación de notarla con tu piel, verla fuera, mirar sus deditos, cabeza, manos...y todo estar bien, es la sensación más placentera y gratificante que se puede tener.
A partir de ese momento... La sensación más bonita del mundo empezó a oscurecerse cuando me dijeron que se la tenían que llevar y dejar en observación 24horas.
Se me vino el mundo abajo. Todo lo que no había sabido hacer con mi niño, lo quería hacer bien con ella. Quería darle el pecho nada más nacer, tenerla piel con piel el máximo tiempo posible y nada de lo que había planeado lo iba poder poner en práctica.
Me explicaron que al desencadenarse tan rápido el parto, no había dado tiempo a ponerme la segunda dosis de antibiótico y que esa dosis se la tenían que poner a la niña directamente.  Al ser un antibiótico tenían que dejarla en observación por si pasaba cualquier cosa. Fue un momento muy duro el separarme de ella. Pensar que se iba a quedar ella sola en una sala sin su mamá, sin nadie que la tuviera en brazos...
Pedí por favor darle el pecho antes de que se la llevarán y la forma en que lo agarró a la primera, me hizo sentir que la niña me necesitaba más que a nada.
Me la quitaron enseguida.
Este dolor fue más fuerte que el del parto. Recuerdo taparme con la sábana y no parar de llorar. Por más que intentaban calmarme, no tenía co suelo ninguno. Yo sólo quería estar con ella.
No me dejaban bajar hasta neonatos hasta pasadas 4 horas, pero yo estaba bien. A la hora me ducha yo sola, porque nadie venía a mirar como estaba.
Mi recuperación fue perfecta, al no darme puntos estaba como si nada, algo cansada pero en perfecto estado.
En cuanto me dejaron bajé a ver a mi niña, a partir de ahí me separé de ella lo menos posible, pero he de decir que mi experiencia en neonatos no fue muy buena. Las enfermeras no me lo pusieron nada fácil para poder estar y poder alimentar a mi hija como yo quisiera. Este tema creo que merece un post especial para hablar de ello.

Por si eso fuera poco, me absorbió una sensación de abandono, de haber dejado solo a mi niño, con el que había pasado todos los días y noches de su vida y ahora su mamá no estaba con él. El primer día en el hospital después del parto fue muy duro, todo eran sensaciones de abandono y pérdidas.
Pero todo pasó ven cuanto al día siguiente me subieron a mi niña y ya no me separé de ella. Enseguida recuperé el ánimo y todo volvió a tornarse de color rosa.

Éste fue un parto con sus luces y sombras, pero desde luego, yo me quedo con lo bonito, con el momento en que la oí llorar por primera vez, con el momento en el que me la pusieron encima, cuando se agarró a mi pecho por primera vez, cuando la oí respirar nuestra primera noche juntas...

@nervea4

martes, 14 de junio de 2016

¿SALIR O NO SALIR? ESA ES LA CUESTIÓN

Desde que me quedé embarazada de mi primer hijo, no se me habia planteado la idea de salir de cena con mis amigas. Es más ni me lo planteé, ni me lo propusieron. Se ve que una embarazada no es la mejor compañía para salir de copas, jejeje. Una vez nació el niño, la absorción es tal que no te da tiempo ni a pensar que una madre puede salir sin su hijo a cenar y cuando nació la niña el trabajo se multiplicó, por lo que cuestionarse salir un rato sin ellos, parece tarea imposible sobre todo si hay una teta por el medio creciendo y creciendo a cada hora que pasa sin que la vacien.
Resumiendo, que vivía muy tranquila hasta que una amiga muuy simpática (jijiji) nos propuso a un grupo de mamás salir de cena sin maridos y sin niños. Hasta este momento como digo, vivía muy tranquila sin plantearme ese tipo de disyuntivas: SALIR O NO SALIR.

Para ser sincera estoy en modo : quiero quedarme en casa -cenar un pizza- ver una peli-y meterme en cama. Y así soy felizzzz! Tengo la impresión de que si no tienes la necesidad de salir por ahí de cena no eres una mujer completa, eres un bicho raro que se aisla del mundo y que no tiene más vida más allá de sus retoños.
Y llegados a este punto he de aclarar que sí soy una mujer independiente de mis hijos, que si tengo otras necesidades, que sí me arreglo, que sí me maquillo, que sí quedo con mis amigas. Simplemente prefiero ir a comer y pasar un rato tranquilas que ir a cenar y después de copas, es que no me apetece estar en ese ambiente, no me veo,sólo es eso.

La duda viene porque la amiga que lo ha propuesto, lo ha hecho con toda su ilusión, y resulta que el resto de mamás que integran el grupo están igual de encantadas, ellas si tienen la necesidad de salir.
En este momento es cuando me reconcome la duda: ¿quedarme en casa tranquila o salir con ellas que tienen tanta ilusión en hacer esto juntas?
Sé que es un día, que no pasa nada, pero claro desde las 15:30 que me voy a trabajar ya no les vería hasta el día siguiente y...no me apetece.
Total que todo este rollo viene a decir en pocas palabras...que no me apetece.
No quiero pasar una noche sin darles el beso de buena noches,de arroparles,de darle teta a la pequeña hasta que se relaja y cae rendida.  Como bien me dijo una amiga de este grupo,todavía no estoy preparada. Y tiene razón.
Al igual que respeto los ritmos de mis pequeños a la hora de la alimentación, la retirada del pañal,etc,también he de aprender a respetar los mios propios. He de aprender a no imponerme las cosas, a no obligarme, he de asumir mis límites sociales sin miedo a ser juzgada. Todo tiene su momento y el mío ahora está en disfrutar de mi familia y en sentirme plenamente feliz con mi ritmo de vida. No necesito "desconectar" a pesar de los gritos,rabietas y el malhumor que pueden llegar a ponerme estos dos pequeñajos. A pesar de todo estoy a gusto y he de aceptar que es aquí donde quiero estar y no en otro sito.

Lógicamente y cómo puede deducirse la balanza se inclinó hacia el " no salir" y he de confesar que sentí cierto alivio cuando llegó el día y a última hora comunique mi decisión final (aunque ellas ya sabían cual iba a ser). Tuve muchos momentos de lucha interior entre hacer lo que se esperaba de mi o hacer lo que realmente me apetecía.
 La conclusión a la que llego es: he de aprende a escucharme y a respetar mis ritmos sin miedo a ser juzgada.

Seguramente muchas personas pensarían : anda,vaya vueltas que le está dando esta tía a una simple cita con sus amigas! Y tendrían razón! Es un poco estúpido realmente, pero estas pequeñas disyuntivas, estos pequeños debates internos,me van forjando por dentro,me van enseñando a priorizar y a valorar opciones que quizá no tenía en mente pero que son igual de válidas.

@nervea4

sábado, 4 de junio de 2016

¡AHHH! MAMÁ ESTÁ MALITA!

En este nuevo post quiero hablar de cómo afrontar una enfermedad con niños en casa.
Es muy díficil para una madre darse el lujo de estar un día enferma,¿cómo es posible que las mamás se pongan enfermas? ¡eso es un sinsentido!, las madres no pueden dejar a sus hijos solos y meterse un día en cama! Vamos hombre, a quien se le ocurre?

Pues sí, que sí, que sí, que las mamás también cojemos virus, también tenemos fiebre, también estamos echas polvo con unas ganas terribles de coger la cama. ¿ Pero que puede hacer una madre en estos casos?
La única solución que le veo es pedir ayuda. Hay personas que no tienen problema alguno en pedir a familiares, amigos o vecinos que les echen una mano con los niños, para hacer unas comparas o para ir al gimnasio... Yo desafortunadamente no soy de esas, a mi me cuesta un triunfo pedir ayuda con los niños, primero porque son dos y segundo porque considero que son nuestra responsabilidad. Sé que es una tontería sobre todo teniendo unos abuelos que están deseando quedarse con ellos,pero lo cierto es que no puedo evitarlo.
Si tienes la suerte de poder dejarlos con alguien de confianza, ¡hazlo!. No lo pienses no tengas dudas, en el fondo sabes que es lo mejor para ellos. Déjate cuidar, al menos un día.  Deja que tu cuerpo descanse y se recupere, si no, lo único que conseguirás será alargar tus días de recuperación y algo que en un par de días se podría haber superado, tardará tres o cuatro más.  No eres peor madre por tener que cuidar un día de ti.
En mi caso, tuve que afrontar la primera gastroenteritis que he pasado en mi vida. Tengo que reconocer que me costó pedir ayuda, pero también he de reconocer que a mi marido le costó pedirla casi más que a mi. Prefirió dejar unas horas el trabajo para cuidar de los niños y que los abuelos no tuvieran que dejar sus cosas desde primera hora de la mañana.
Al final nos organizamos bien, por la mañana estuvo él y por la tarde los abuelos y yo pude dedicar todo el día a salir corriendo al baño cada cinco minutos sin preocuparme de dejar a los niños de cualquier manera.
Nadie se puede imaginar lo que agradecí poder estar en cama sin preocuparme por los niños. Lo cierto fue que a medida que avanzaba el día mis fuerzas iban mermando y sin ayuda no hubiera podido atender a los niños.
Un día, es sólo un día, cuídate! Es el pensamiento que me repetía para evitar la culpabilidad. Que visión más absurda de ver la vida! A veces no me soporto! Jijiji

Vale, muy bien, pero...y si no tienes a nadie para que te cuide los niño? Pues nada, date por muerta. Quien te manda ponerte mala?
NOO!  BROMA! Ni se te ocurra pensar así! Todo tiene solución, sólo que en este caso será más difícil.
Pongámonos en situación: madre atacada por los virus y uno, dos, tres...niños guerreando como si no hubiera un mañana a tu alrededor. Vale, calma. Olvídate de lo que harías un día normal.
Llévate los niños a tu cama o habitación, túmbate y atiendelos sin prisa, si tardas dos horas en cambiar un pañal seguro que no pasa nada. Intenta en la medida de lo posible quedarte en cama o sofá el máximo tiempo posible.
Si los niños tienen que tragarse todos los capítulos de la patrulla canina o Pepa pig,mientras tu descansas, seguro que no les pasa nada.
Haz la comida que menos te complique,  si un día comen un poco peor seguro que no les pasa nada.
Quedate en pijama y deja en pijama a los niños también, porque un día no salgan a la calle seguro que no les pasa nada.
Cuando llegue tu marido del trabajo, delega y vete a la cama. No des instrucciones, deja que lo haga todo a su manera. Por un día que las cosas no se hagan como tú crees que es mejor NO TE VA A PASAR NADA!
Esto es al menos lo que tenia pensado hacer en caso de no pedir ayuda. Gracias a Dios lo hice y aunque en un  día no me recuperé, si que pude recuperarme antes.
El día siguiente me lo tomé con mucha calma, me marea baja bastante y únicamente salimos a por el pan. Al ver que estaba todavía muy floja opté por la opción de cuidarme un poco más y quedarnos el resto del día en casa. Sufrí mucho porque para fastidio hacía un día de lujo y el no poder sacarles al parque me daba mucha pena, pero para mi sorpresa... No les pasó nada! Tuvieron una semana algo diferente, sin mucha calle y con una media mamá pero todo fue pasando y....NO NOS PASÓ NADA! 😃😃😃