martes, 26 de julio de 2016

COMO AFRONTAR UNA MUDANZA CON DOS NIÑOS PEQUEÑOS

La mejor forma de afrontar una mudanza con dos pequeñajos inquietos, es contratar una empresa de mudanzas. Es la única solución que le veo para evitar gritos, peleas de pareja y estrés.

Todavía estoy cabreada con todo el jaleo que se organizó en casa por no hacer bien las cosas. Así que este post no puede dar más de sí.

Contrata una empresa y te ahorrarás muchos problemas. Punto y final

sábado, 16 de julio de 2016

YO: LA MALA MADRE

Crianza natural, crianza con apego, colecho...palabras estrechamente vinculadas con las buenas madres.
 Hoy, después de un par de semanas de desconexión con mi yo más profundo,de separación con el blog por razones de tiempo y espacio y de olvidarme de que el botón de automático que activé para realizar la mudanza que teníamos pendiente sólo sirvió para sacar lo peor de mi, he de confesar que quien escribe estas líneas es la mala madre que llevo dentro. La que no entiende de apego, de respeto, de ternura. La que parece ver codificadas las palabras de Rosa Jové o Carlos González, la que no atiende a razones, la que desoye los llantos de sus hijos pidiendo un poco de tiempo y comprensión. La que se vuelve egoísta y sólo ve su desesperación. La que no quiere entender que lo primero son sus hijos.
Sí, soy una mala madre, sin excusas. Dos semanas de mala madre que arrasaron con todos los pliares que habíamos construido.
Suerte que los niños con su infinita ternura perdonan sin condiciones ( aunque no tengo muy claro que olviden de la misma manera).

Mala madre: permito que mis hijos estén con nosotros mientras hacenos la mudanza. Lo que a priori no parece que sea algo significativo, se convierte en una situación de alto grado de estrés para los niños. Nos ven de aquí para allá, sin prestarles atención. Me solicitan, no los atiendo, me reclaman, hago oídos sordos. Finalmente gritan desesperados y como respuesta no sólo no reciben mi atención, sino que tienen que hacer frente a una mala madre que desconocen.

Mala madre: desconozco el significado de la palabra paciencia. Sus continuos llantos no son más que la sensación de abandono, de falta de atención. Aún sabiendo que me están pidiendo tiempo para ellos, soy incapaz de parar con lo que estoy haciendo y sentarme dos minutos a jugar con ellos.

Mala madre: soy capaz de dejar a un bebé que llora desesperado sin teta por acabar de colocar una habitación.

Mala madre: me irrito cuando oigo cada cinco minutos a mi niño pedirme cualquier cosa. Me cabreo al verle pegado a mi, sin dejarme mover.

Mala madre: le grito

Mala madre: ...    Después de oírle gritar, llorar, de lanzar juguetes, de ahora si, ahora no, de enrabietarse como si no hubiera un mañana... mis ojos se enrojecen de ira, mi gesto se transforma, mi grito le asusta...y mi gesto de alzar la mano para darle una bofetada le paraliza y le aterra. Fue tal la cara de pánico que puso, que en ese momento la mala madre se empezó a romper.
No le pegué, no tenía intención de hacerlo, pero quería que entendiera cual era mi grado de enfado.
La mala madre acabó de resquebrajarse y caer pedazo a pedazo al suelo cuando mi pequeño con voz asustada dijo : no pegues a Adrián.
Fue la punta del iceberg, la gota que colma el vaso, lo que necesitaba para despertar. Fue mi propio hijo de dos años el que me devolvió la cordura.

Soy una mala madre y aunque la buena madre ya volvió de su viaje a nunca jamás, sé que la mala madre está ahí.  Me duele profundamente el haberla conocido y yo no sé si seré capaz de perdonarme como lo han hecho ellos.