miércoles, 31 de agosto de 2016

MI EXPERIENCIA CON DOS NIÑOS PEQUEÑOS

Cuando nos enteramos de que esperábamos otro bebé no dábamos crédito. Adrián con tan sólo 5 meses y medio era un bebé! Seguía con el pecho, no habíamos iniciado la alimentación complementaría y las noches seguían siendo bastante desastrosas. Pero lo cierto es que a pesar de la sorpresa inicial, acogimos llegada de un nuevo bebé con ilusión y muchas ganas. Iciar nació 39 semanas después.Con un bebé en brazos y un niño de 14 meses y medio que todavia no andaba,la cosa se ponía interesante. Las mamás en el parque cuando me venían con un niño tan pequeño y embarazada de nuevo, se echaban las manos a la cabeza." Ya verás que trabajo dan dos tan pequeños","no vas a parar" y así un largo etc. Lo cierto es que a mi me daba miedo volver a tener un bebé tan llorón como fue Adrián. No pudimos hacer un paseo largo o sentarnos en una terraza a tomar algo, hasta casi los 6 meses. Sentía algunas pequeñas inseguridades pero en mi fuero interno pensaba que aquello no podía ser tan difícil, que sería una experiencia bonita y fácil de superar. Tenía razón en una cosa, es una experiencia muy bonita. Tuvimos la suerte de que Iciar fue un bebé muy tranquilo, apenas lloraba, se podía ir con ella a todas partes y jamas tuvimos que irnos de ningún lado porque estuviera llorando. Fueron meses muy tranquilos, yo iba con los dos a todas partes,porteando a la niña y llevando al niño en la silla ya que acababa de arrancar a andar y todavía no iba él muy seguro. Después una vez que él se manejaba mejor, llevaba a la niña en el carro y a él en un patinete que adaptamos al carro. Todo iba a las mil maravillas. La cosa se empezó a complicar cuando la niña quiso explorar por ella misma. Poco a poco fue sacando su carácter y a desestabilizar la armonía que habíamos conseguido. En el parque hay momentos de locura, ella con 14 meses y medio todavía tiene que ir agarrada de la mano, no se atreve a soltarse y eso me complica un montón la cosa. Ella me tira para un lado, el otro gritando para que le suba al columpio, intento dejarla en el suelo para ayudar al niño y se pone como una loca a gritar, el otro se desespera más y yo al final consigo llegar al columpio arrastrada como un caracol echando babas por todos lados y con un zumbido en el oído causado por los gritos de la pequeña guerrillera. Vamos un desastre! Y en casa la cosa no mejora, imposible dejar a la niña sentada, allá que se viene gateando y gritando como una loca:"mamá, mamá colo, colo"! Y yo con el pañal de Adrian lleno de caca en la mano y en la otra mi taza de desayuno. Eso cuando no se pelean por un juguete, un gusano o una ramita que haya en el suelo:"mio, mio" . Y que decir de las noches...pues que no son mucho mejor, la niña enganchada a la teta toda la noche no me deja descansar, así que comienzo el día arrastrando el cansancio del día anterior. De todas formas he de decir que el niño con casi dos años y medio ya entiende y razona muy bien las cosas y hay muchos momentos que la entretiene para que yo pueda hacer las cosas. Como dice él: "Isia ven que mamá tá ocupada". Gracias a estos momentos en los que él pone paz si no... Sé que esta es una etapa muy corta que va a pasar en seguida (pero hay que pasarla) y que pronto todo este cansancio, estrés, nervios, gritos, etc, va a quedar en el olvido, pero mientras pasa...hay que sufrirlo! Ahora y a pesar de que creo que es mejor que se lleven poco tiempo, creo que la mejor edad para ir a por otro bebé, es cuando el primero ya anda perfectamente y entiende un poquito más. Sin miedo a los celos, que eso es algo tan natural como el comer o ca...ar, jijiji. Es más fácil disfrutar de tus pequeños y sus etapas cuando el cuerpo y mente están relajados, con dos niños tan pequeños es muy difícil conseguir ese equilibrio y a veces, me da rabia verme enfadada con ellos por tonterías de niños, y no poder bajar revoluciones y controlar la situación desde otro ángulo. Muchas veces intento mirar con sus ojos pero el cansancio me supera y mis ojos se van cerrando de sueño...

martes, 23 de agosto de 2016

¿CUANTAS PROBABILIDADES HAY DE TENER UN TERCER BEBÉ?

Antes de comenzar a desarrollar este post, me gustaría pedir disculpas a todas aquellas mamás que me siguen y que me han preguntado varias veces por el blog. Decir que sí, que he estado desaparecida gracias a unas estupendas y merecidas vacaciones que nos merecíamos toda la familia. Y no! No he dejado el blog, sólo ha sido un "cerrado por vacaciones"😅, pero ya estoy de vuelta, así que continuaré con el blog.
A pesar de que este blog nació sin espectadoras, solamente a modo de desahogo personal, sé que son varías las personas que se interesan por lo que público, así que intentaré publicar al menos un post semanal ( aunque no prometo nada que con estos niños nunca se sabe si voy a tener tiempo 😓).
También quería pedir disculpas a las mamás que me han escrito por Facebook, lo cierto es que apenas lo utilizo así que si queréis hacerme algún comentario mejor hacerlo por IG(@nervea4) o por el blog que seguro que lo leo antes.

Bueno y sin más preámbulo voy a empezar a divagar como hago siempre por mis más profundos pensamientos.
¡¿ Estoy embarazada?!! No, no van por ahí los tiros.
No estoy embarazada, pero he de confesar que llevo unos días echando de menos esas sensaciones de incertidumbre ¿ estaré? ¿no estaré? , de ilusión, de alegría, de cansancio, hinchazón, malestar...no estoy loca, no simplemente me gustaría estar embarazada de nuevo. Creo que a algunas mamás les ha pasado algo parecido.

La pregunta que planteo en el título de la post, me vino al pensar en qué pasaría si me planteará seriamente el tener otro hijo. Sé que hoy en día eso "no se lleva", pero los que hemos crecido en una familia numerosa sabemos lo gratificante que es tener hermanos y no sólo de niños, sino también de adultos.
Pues bien poniendo en una balanza los pros y los contras, los contras pesan tanto que las probabilidades de tener otro hijo son de 1 sobre 1000, por lo menos! 😳
Vayamos por partes
-Trabajo, a pesar de que yo trabajo son tan sólo 14 semanales y aunque viene bien ese sobresueldo, no sería suficiente. Además entramos en otro asunto desgraciadamente muy ligado a la maternidad. No tendría posibilidad de conservar mi trabajo. Sólo estoy yo en mi puesto, así que con la baja de maternidad ese puesto se cubriría con otra persona. Es difícil de explicar el entramado!, pero resumiendo, que sí me quedo embarazada yo creo que me echarían.
Punto dos: el coche, aunque el coche de mi marido es grande, tres sillas atrás no caben, habría que cambiar de coche, con el gasto que eso supone...
Punto tres: el primer año quizá no, pero los siguientes. ..😱 no quiero ni imaginar el gasto que supondría,  a eso añádele más lavadoras, más duchas...y menos dinero porque yo seguramente ya no podría aportar. ( puf me estoy agobiando sólo de pensarlo)
Punto cuatro: los abuelos. Ahora los días que voy a trabajar se quedan con ellos, pero no es lo mismo cuidar a dos que a tres. ..
Vamos que todo parece complicarse. Es una pena que los gastos de hipoteca, trabajo, sociedad en general, no hagan más que poner trabas para hacer lo más bonito del mundo que es dar vida.

A favor, tendríamos sólo dos cosas, la primera: que ahora tenemos una casa grande donde cabríamos un montón (jijiji) y la segunda y más importante,  el amor que le daríamos.
A pesar de lo cansada, de lo estresada, del malhumor que me ponen a veces cuando gritan a la vez pidiendo cosas absurdas, a pesar de todo yo si tendría más hijos, si tuviera facilidades económicas, si supiera que podríamos afrontar todos los gastos que supone una familia numerosa, firmaba ahora.
Pero como en la mayoría de los casos, el dinero nos impide desarrollar al máximo nuestros sueños, aunque yo soy de las que piensan que todo aquello que deseas en algún momento se hará realidad a pesar de que todo esté en contra...